Como decía un artículo que
compartí hace unos días en Facebook… (copio literalmente):
“Los chinos sabían que la ingestión de la soya
enfermaba de muchas diferentes maneras. Para empezar, era casi imposible de
digerir, produciendo mucho aventamiento intestinal (el estar “abombao”). Hoy
día sabemos que la soya está repleta de antitripsinas, moléculas que no
permiten la digestión más elemental de la proteína en la dieta, y de ácido
fítico (“phytic acid”), el cual interfiere con la absorción de los minerales
esenciales del alimento – ambas substancias son consideradas antinutrientes. La
razón por la cual los chinos apreciaban la soya era porque habían descubierto
que sus raíces capturaban nutrientes del aire (fijan el nitrógeno) y por lo
tanto lo usaban como “estiércol verde” para enriquecer la tierra. Por eso el
símbolo escrito chino referente a la soya es el de una raíz, no de una
habichuela. No fue hasta que los chinos descubrieron que la fermentación
prolongada podía neutralizar la mayoría de sus potentes toxinas, que lo
comenzaron a usar como el condimento chiang (en Japón llamado miso). El
natto aparece para el año 1000 AD y el tempeh en los 1600s.”
Hoy quiero hablaros del Miso,
que se obtiene como producto de la fermentación de la soja
Miso viene de la composición
de “Mi” y “So”, que quiere decir, Fuente de sabor
“Mi”
quiere decir sabor, condimento y “So” quiere decir, fuente
ORIGEN
Su origen es chino, pero se extendió a Japón en en
siglo VII y hace unas décadas llegó a Occidente.
TIPOS DE MISO
Existen varios tipos de Miso. Sus componentes pueden
ser solo soja, o soja con cebada o soja con arroz
-De soja.- llamado “hatcho miso”. De sabor más fuerte.
Es más de invierno
-De soja y arroz.- llamado “komé miso” o “genmai miso” o
“shiro miso”. De sabor más suave y dulce. Es más de verano
-De soja y cebada.- “mugui miso”. Su sabor está entre
medias de los 2 anteriores. Se puede utilizar en cualquier época del año
El más estándar, digamos, es el mugui miso.
El miso tiene consistencia de una pasta. Su color va
del marrón claro al marrón oscuro, según el tiempo de fermentado y según el
tipo de miso.
PROPIEDADES:
-Depurativo, desintoxicante
-Antioxidante y antienvejecimiento
-Favorece la digestión, muy bueno para personas que
tiene gases frecuentes, acidez, reflujos, etc.
-Promueve
el crecimiento de la flora intestinal, es decir, de las bacterias probióticas,
como los lactobacilos y otros microorganismos, que nos ayudan a hacer la digestión
de los alimentos ingeridos
-Es
remineralizante, razón por la cual es un gran aliado de los riñones.
-Expulsa
del cuerpo las radicaciones procedentes de los rayos X o de escapes nucleare;
de hecho la sociedad japonesa que consumió soja y otros alimentos macrobióticos
no murió en las explosiones de Hirosima y Nagasaki.
-Alcalinizante,
elimina la acidez causada por una comida rica en alimentos como carne, queso,
pescado, lácteos, embutidos, grasas saturadas (animales)
Es
muy recomendable tomar miso durante todo el año, pero si no sueles hacerlo, al
menos hazlo hacia finales del verano, con frecuencia, para que el cuerpo se
vaya preparando para los primeros fríos que, a veces, se presentan súbitamente.
Muy importante:
para preservar sus propiedades, no debe disolverse en agua hirviendo. Comprar
miso de origen biológico y SIN PASTEURIZAR.
Un miso pasteurizado ya no tiene enzimas vivas que son
las que otorgan sus propiedades medicinales.
COMO TOMARLO
Tiene un sabor exótico la primera vez que se toma.
En Oriente es considerado un complemento normal de la
alimentación diaria y como un ingrediente casi indispensable de la cocina
gastronómica.
En Europa, ciertos restaurantes selectos sirven la sopa
de miso como una delicadeza exótica.
Es ideal tomar el miso siempre antes de las comidas
principales, para preparar el estómago para una buena digestión.
Es muy buen acompañante de sopas y caldos,
principalmente.
Verter
1/2 cucharadita (tamaño té) de miso por taza de sopa o caldo, cuando éste se
terminó de cocinar y ya no hierva. El agua hirviendo mataría sus enzimas
vivientes que son las que otorgan sus propiedades medicinales.
Te
recuerdo que el miso tiene sabor salado, así que tu sopa, caldo, no necesitará
sal o muy poca. Si necesitas poner sal, te recomiendo la Sal Marina Fina, pero
NO REFINADA (es decir, que no haya pasado un proceso de refinado. El refinado
no tiene nada que ver con lo fino que sea el grano de la sal, sino que es un
proceso limpieza, para que a la vista resulte más blanca y atractiva, pero en
este proceso la sal perdió todos sus minerales y ya sólo quedó sodio, lo que la
hace más pobre en minerales y nada recomendable para las personas hipertensas).
RECETA
Un caldo
vegetal muy sencilo de preparar es este:
Pon tantas de agua en un cazo
u olla, como tazas quieras obtener. En el agua fría pon 2,5 cm de alga wakame, troceada,
por taza
Pon
el cazo u olla al fuego, tápalo para ahorrar energía y que hierva antes.
Mientras
trocea cebolla y zanahoria para cada taza (puedes añadir otras verduras si
quieres)
Cuando
el agua hierva, vierte las verduras. Dejar hervir 4 minutos.
Apaga
el fuego.
Pon
en una taza 1/2 cucharadita (tamaño té) de miso por persona
Cuando
haya reposado un poco el caldo cocinado, y haya bajado la temperatura del agua,
vierte un poco de ese caldo en la taza donde pusiste el miso.
Disuelve
bien el miso y agrégalo al caldo o sopa cocinada.
Tápalo,
déjalo reposar 2 minutos
Servir
acompañado de alguna hoja verde picante, picadita o alguna gotita de jengibre,
para polarizar su energía
y
listo para tomar
Eva Mena
-Consultora de Bienestar-